NI MIRÓ HACIA ATRÁS

PENSÓ PARA SÍ MISMO

"MALDITO BICHO. ME HABRÁ MANCHADO LA RUEDA"

EN NINGÚN MOMENTO CONSIDERÓ LA SEÑAL PREVIA DE ANIMALES SUELTOS. TAMPOCO EL LÍMITE DE VELOCIDAD DE 70 KMH, NI EL AVISO DE CICLISTAS, CAMINANTES, SALIDAS LATERALES O CURVAS DE VISIBILIDAD LIMITADA. NO, LO ÚNICO QUE HACÍA ERA DISFRUTAR SUS CIEN POR HORA. NO LE DABA MUCHO TIEMPO A VIGILAR LAS CUNETAS FRENTE A SU ESTÚPIDO COCHE A ESA VELOCIDAD. AL FINAL OTRO ZORRO MUERTO. DE REBOTE FÁCILMENTE SERÁN VÍCTIMAS LAS CRÍAS QUE DEJABA EN ALGUNA CUEVECILLA. CADA DÍA VEO CIENTOS DE CONDUCTORES IMBÉCILES SUBIR Y BAJAR ESTA BOQUILLA  DEL MONTE A LO LOCO, SIN NINGUNA REFLEXIÓN. EN LOS MUCHOS AÑOS QUE LLEVO VIVIENDO AQUÍ JAMÁS HE ATROPELLADO A NINGÚN ANIMAL. NO MUEREN POR ACCIDENTE. SON PEQUEÑOS ASESINATOS QUE LOS DESCEREBRADOS OLVIDAN RÁPIDO.